lunes, 1 de agosto de 2011

Grasas buenas y malas... ¿Con cuáles te alimentas?

Todo el tiempo consumimos grasas, las grasas son la fuente más concentrada de energía de cual dispone nuestro organismo. Durante la infancia y la niñez, son necesarias para el desarrollo normal del cerebro, y a lo largo de la vida, protege a los órganos internos, frente a impactos físicos. Resguarda el organismo cuando ocurren perdidas excesivas de agua y calor. Además contribuye en la absorción de las vitaminas liposolubles (A, D, E K).


Existen tres tipos de grasas

      • Grasas Monoinsaturadas: Son las grasas más saludables y se encuentra principalmente en fuentes vegetales como nueces, almendras y aguacates, aceite de oliva.
      • Grasas Poliinsaturadas: Aceite de semillas de girasol, aceite de soya.
      • Grasas Saturadas: Provienen de fuentes animales, entre ellos los productos lácteos (leche entera, crema y queso), y en las carnes de res, cerdo, mantequilla, tocino, manteca de puerco.
       
      ¿QUÉ ES EL COLESTEROL?
      El colesterol es una sustancia grasosa que se obtiene de los alimentos que contienen ácidos grasos saturados. Estos ácidos contenidos en los alimentos se encuentran en el reino animal. Es también producida por el cuerpo, principalmente en el hígado.
      El colesterol es muy importante y necesario para la formación de las membranas celulares y para ayudar en la síntesis de los ácidos biliares, algunas hormonas incluyendo las sexuales (andrógenos y estrógenos) y la vitamina D.
      El tener niveles excesivos de colesterol en la sangre eleva el riesgo de desarrollar enfermedades del corazón y de sufrir un ataque al corazón. Un nivel de colesterol total deseable debe ser menor de 200mg/dl.

      ¿Qué significa colesterol bueno y colesterol malo?
      El colesterol HDL (siglas en inglés de "lipoproteína de alta densidad") se considera el “bueno" porque de hecho éste ayuda al cuerpo a prevenir las acumulaciones de grasa y colesterol en las arterias. El HDL se adhiere a otras moléculas de colesterol en la sangre y las transporta al hígado para ser excretadas del organismo. Los niveles altos de colesterol HDL se asocian con un menor riesgo de ataques al corazón; el colesterol HDL bajo eleva ese riesgo.